Sábado por la noche

Salida entre amigos, entre vasos de cerveza, risas y silencios que dejan de ser incómodos para convertirse en graciosos. Al costado una chica arregla una mesa, junta sillas mientra aparece un grupo y entre ellos estás tú, que sin darme cuenta ya sabías que estaba ahí, miradas no encontradas pero sí percibidas, historia pequeña, casi inexistente si no fuera que estamos aquí en el mismo lugar. 

Preguntándome si has estado bien todo este tiempo, si sigues siendo el mismo que compartía momentos y anécdotas con alguien con quién apenas cruzas palabras pero pareciera que ya conoces de antes, antes de saber que eras tú el que deja la huella más humilde pero inolvidable desde esta esquina en la que estoy sentada pensándote, viéndote e imaginando las mil un situaciones en las cuales hubiera podido toparme contigo.

Siempre me quedo con la duda de cuándo es el momento de seguir adelante, de pasar página, una página que no ha llegado a escribir ni un párrafo, ni un momento en el cual pueda declarar como nuestro. No sé qué debe implicar avanzar e ignorar cada palabra y pregunta hecha. Creo que cuando ya no quedan dudas es cuando doy por terminada una etapa. El problema es que me quedo con la duda y tú ya das por terminada esta velada.

Tal vez si no hubieras volteado, si yo no te hubiera mirado, si ambos hubiéramos ignorado el hecho de que alguna vez nos hablamos. Tal vez si sólo hubiera sido un sueño o pesadilla, todavía no le encuentro categoría.

Ya está, sabemos de nuestras existencias, sabemos que estamos cerca y a pesar de todo me gustaría volver a cruzarnos para ver si tengo el valor para poder afrontar las respuestas a las preguntas que tengo hechas. Me dió gusto, angustia pero sobretodo alivio el por fin verte y saber que te va bien. Ahora me toca a mí estarlo y volver al camino que por un momento me hiciste olvidar, al camino de ser yo, de seguir mi rumbo y saber que a partir de ahora todo está bien.

Gracias.

Comentarios

Entradas populares de este blog

QOSQO

Must Know: Wear it B!